Una historia que parece cuento

Tengo que hacer un paréntesis en este momento en que hablo de los búfalos para contarles no solo de su hermosa piel (una piel de búfalo cuesta alrededor de $1000 dlls (780 Euros) y no solo de los exquisitos estambres y los guantes de búfalo, sino de cómo el búfalo ha aparecido en la cronología de la vida de mi familia.
Hace ya una buena cantidad de años, el zoológico de la Ciudad de México dentro del Bosque de Chapultepec era una de las visitas obligadas que mis hijos planeaban constantemente.  Apenas llegábamos teníamos que ir a ver a los Búfalos.

Así es....tres bisontes que con la suerte estaban tomando el sol.  Aislados, tristes y con aquel pelaje ralo. Sin embargo por su tamaño imponían siempre.
Cuando comenzamos a pasar los veranos en Colorado, descubrimos que la autopista colindaba con un inmenso rancho donde criaban búfalos y cuando ya la carretera nos fue familiar, planeamos estacionar el automóvil para verlos con más calma atrás de la gran cerca.  El momento fue fantástico porque aunque estábamos a unos 20 metros de distancia, podíamos escuchar su respiración y sus gruñidos.  Estábamos tan emocionados que ni siquiera tomamos en cuenta que nos estábamos metiendo en unos matorrales de ortiga y la urticaria se adueñó de nuestras piernas y brazos.

Durante los 4 años que Alfi estudió en Colorado fincó una gran amistad con una familia dueña de un par de ranchos, uno de ellos dedicado absolutamente a la crianza del búfalo.  En varias ocasiones nos llamó para transmitirnos su emoción ya que había podido pasar su mano sobre algunos de los animales dentro de los separos donde una vez al año los pasan uno a uno para vacunarlos y comprobar su estado de salud.
 Las canciones que más le gustan tocar en su guitarra hablan en algun punto acerca del búfalo y del indio norteamericano.

Bueno, para ya no hacerles más larga esta introducción ya llego al punto en este momento:
Hace un par de meses, contrataron a Alfi mi hijo para filmar un documental sobre los búfalos en Colorado!  Seguro ya les he contado que él se graduó de la escuela de cine de la Universidad de Nueva York y se dedica a la cinematografía (fotografía de cine).

El plan no podía sonar mejor: 15 días en Colorado, directamente viviendo en el Rancho Médano Zapata y filmando la cotidianidad de los vaqueros, los búfalos, la avioneta, las Dunas de arena, las Montañas Sangre de Cristo.  Un sueño hecho realidad.   El inmenso rebaño se dispersa durante el año en una pradera de 20mil hectáreas. Es un rebaño protegido dentro de las leyes de defensa de la naturaleza, no se le marca como al ganado en general ni se les brindan suplementos alimenticios. Los búfalos se organizan en grupos o familias entre 30 y 100 animales.  Los machos se aislan por lo general.  Al llegar el Verano estos gigantescos animales se materializan como salidos de todos los rincones de esa inmensa pradera y se reúnen a pastar tal y como lo hicieran antes de que el hombre apareciera en el Oeste norteamericano.  Una vez al año, en Noviembre los vaqueros del Médano Zapata los reúnen y los seleccionan por edad y peso para realizar un conteo, vacunarlos, pesarlos y algunos venderlos.

Dicho esto, ya bien entrada la semana y con un plan de trabajo firme, mi hijo junto con dos asistentes de cámara salieron disponiéndose a tomar sus sitios en donde previamente habían decidido ubicarse para filmar la estampida- ese día los vaqueros arriarían a unos 300 búfalos.
Con la ayuda de la tecnología todos estaban a punto mandándose señales via radio/walkie-talkie y los dos asistentes colocados al lado Oeste y Alfredo al Este, esperando la pasada de la estampida que viene Sur-Norte.  Las imágenes captadas en cine durante los días anteriores no podían ser más espectaculares. Todo el equipo estaba sumamente motivado, animado, deseoso ya de ver esta historia acerca de la cultura del rancho y el vaquero norteamericano que poco a poco se ha ido extinguiendo. Con un plan de trabajo y las tomas pre-planeadas como les he comentado, Alfi y sus asistentes se ubican en sus puestos esa mañana.   Y esto fue lo que siguió, mismo que narraré en tiempo presente:

Todos en su sitios, Alfredo enciende su cámara y se prepara y..... se prende un foquito y la pantalla muestra:  Batería Baja.  !No es posible!  Con todo cuidado y profesionalismo, cada noche el equipo se prepara, se carga, se prueba ya que este trabajo no admite errores y si es que los hay cuestan muchos dólares. 
Alfredo en su chaleco trae otra batería de repuesto. La saca, la coloca: Foco rojo y nuevo mensaje en la pantalla: Batería Baja! 
Pero ¿Qué está sucediendo ?  Llama a los asistentes: 
-Me está pasando esto!

-Aquí tenemos otra batería- le responden. 
- Voy corriendo para allá.....

El "ir corriendo" significaba cruzar justo al centro de donde la estampida pasaría......  La estampida ya viene en camino.  Ya se escucha y además se siente en el pecho la vibración de la tierra con la carrera de estos animales (alcanzan hasta 50 km por hora).  El muchacho cruza con inmensas zancadas.   Ya vé el polvo levantarse y los animales a lo lejos pero los esquiva con bastante holgura. 
Los asistentes le tienen a punto una tercera batería.  Alfredo la coloca con sus manos ya algo temblorosas por el estrés pero siempre seguras. 
Enciende la cámara de nuevo.  La batería funciona pero en el visor y la pantalla aparece la siguiente frase:  Error 543A!!!

Una sarta de palabras disonantes e improperios salen de su boca, la frustración lo envuelve.  El asistente le ofrece otra cámara que está dispuesta para sustituir en caso necesario pero ya no hay tiempo de regresar al sitio elegido para hacer la toma.
¡ Hagan Ustedes la toma desde aquí ! Furioso y frustrado simplemente espera el paso de la estampida. Se ha perdido la oportunidad.

Y en eso.... La estampida se sale de control.... Han de saber Ustedes que los búfalos se mueven no como "manada" sino como "parvada". Así es: se mueven como las aves y las estampidas de búfalo son siempre guiadas por hembras!!   Y así como las aves, si la hembra que la dirige se mueve hacia la derecha, en ese momento todos, absolutamente todos los integrantes giran hacia ese ángulo.

En ese mismo instante, la estampida se sale de control y giran hacia el Este. ¿Qué quiere decir esto? Que la estampida gira, se encamina y pasa justo por donde mi hijo hubiera estado ubicado de no ser por el desperfecto de las baterías de la cámara de video.  De haber estado allí posicionado, no estaríamos contando esta historia pues la carrera, la velocidad y sobretodo la sorpresa del giro no le hubieran permitido ir hacia ningun lado.
De haberle ocurrido a él solo, tal vez la historia hubiera sonado inverosímil.  Pero sus dos asistentes lo presenciaron.  Hubieron de transcurrir un par de eternos minutos hasta que los tres se voltearon a ver entre sí....

El refrán dice: "Cuando te toca, aunque te quites, y cuando no, aunque te pongas."

Conociéndome como soy, mi hijo me narró esta historia una vez que ya estaba de vuelta en su casa en Nueva York.  Ese día y los inmediatos que siguieron no pude quitármela de la mente.  A menudo la recuerdo.    El búfalo sigue siendo pieza importante del rompecabezas de nuestras vidas y como le dije: Hijito querido, hay alguien que te cuida. Es menester que des todo lo que puedas y lo que tengas para enriquecer tu existencia y tu trabajo porque esa es tu tarea en la vida.

Y para concluir queridas lectoras, les comento que más tarde ese mismo día cuando todos comentaban el singular evento, las baterías volvieron a marcar 100% cargadas y además decidieron llamar a los técnicos de la firma Canon y preguntar el porqué de ese mensaje sobre la pantalla digital que marcaba Error 543A.  Los de Canon no pudieron resolverlo.


Fibras Naturales Parte 7.

Fibras Naturales Parte 6