Libélulas de vuelo transparente


Con sus pequeñísimas alas, la libélula vuela cerca de un ojo de agua deleitando con sus acrobacias.  Uno pensaría que esta criatura es sumamente delicada pero hay que detenerse a pensar que la libélula ha sobrevivido 300 millones de años de evolución. Ni siquiera los dinosaurios lo lograron...

En la época del enamoramiento, el macho incluso estático, mantiene sus alas abiertas "presumiendo" su belleza.  La hembra se posa en la rama con sus alas modestamente cerradas a los lados.    Se pensaba que una libélula sobrevivía poco tiempo pero no es así ya que puede vivir de 6 meses a 4 años dependiendo de la variedad.  Una gran parte de ese tiempo lo pasa como larva dentro del agua lo que la convierte en una delicadeza gourmet para ranas y peces.  Cuando llega su momento, la larva sale del agua y se pega a un carrizo a donde continuará su metamorfosis y saldrá tal como lo hace la mariposa.   Una vez libre, la libélula volará por distintos lados y sus colores serán muy brillantes.  El regreso al estanque lo hará al momento en que está lista para reproducirse. 

El término japonés que denomina a la libélula es HOTARU y metafóricamente simbolizan el amor apasionado como se refleja en la poesía japonesa del siglo VIII.  Su luz que les da la apariencia inquieta y traviesa se relacionaba con las almas de los soldados muertos en batalla.   
La población de estos insectos voladores ha decrecido notablemente debido a que se les encontraba cerca de estanques y arroyos limpios lo que hoy día no es muy fácil debido a la contaminación de las aguas mundialmente.  
Una de las canciones japonesas más populares es "Hotaru No Hikari" que significa: La luz de la Luciérnaga.  Es un canto de despedida por lo que se interpreta en graduaciones, clausuras y al fin del año.  

Al terminar el bordado al estilo Sashiko, decidí enmarcarlo utilizando como borde una media yarda de tela japonesa.   El kit original incluía una pieza extra de lino para realizar la parte posterior de un cojín o pequeña bolsita pero lo sentí muy vacío y por eso decidí bordarle en appliqué clásico una libélula también.  

Concluye el intercambio de mini quilts

El arte del Sashiko japonés