Había que encontrarle una utilidad

Tal vez recuerden que les mostré esta caja que hice con papeles hechos a mano.  Allí la he tenido vacía pues no quería simplemente llenarla de chucherías como suele suceder.  De repente se me ocurrió hacer estos pequeños rollitos de guata- la que nos sobra a las quilters, y forrarlos con sobrantes de lino.  Finalmente los fijé con silicón y así la caja solitaria se convirtió en un alhajero para anillos. 

El arte del Sashiko japonés

El guardián del faro